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Foto del escritorRanger Fox

El Pangolín: De Criatura Misteriosa a Víctima del Comercio Ilegal


El pangolín es un mamífero singular, conocido principalmente por las escamas que recubren su cuerpo, hechas de queratina, la misma proteína que compone nuestras uñas y el cuerno del rinoceronte. Existen ocho especies de pangolines, repartidas entre Asia y África, todas ellas con hábitos nocturnos y un agudo sentido del olfato que emplean para detectar su alimento. Estos animales habitan en bosques tropicales, sabanas y zonas cubiertas de matorrales, adaptándose a los árboles o al suelo según la especie.

Alimentación del pangolín

La dieta del pangolín está basada casi exclusivamente en hormigas y termitas, lo que lo convierte en un insectívoro especializado. Debido a su naturaleza solitaria, el pangolín es un cazador silencioso que, al detectar a su presa, utiliza sus garras afiladas para abrir los montículos y hormigueros. Una vez expuestos, emplea su lengua extremadamente larga, que puede alcanzar hasta 40 centímetros de longitud en algunas especies, para capturar a las hormigas o termitas. Esta lengua pegajosa se adentra en los túneles y nidos de insectos, permitiéndole alimentarse rápidamente de grandes cantidades de ellos.

Para facilitar su digestión, el pangolín traga pequeñas piedras y tierra junto con su alimento, que ayudan a triturar los insectos en el estómago, ya que carece de dientes. Esta dieta rica en proteínas, junto con un bajo metabolismo, le permite sobrevivir en ecosistemas donde la comida puede ser escasa. Sin embargo, la dependencia exclusiva de insectos hace que el pangolín sea vulnerable a los cambios en su entorno y a la pérdida de su hábitat.


Reproducción y ciclo de vida

El pangolín es una criatura solitaria que solo busca compañía durante la época de reproducción, que varía ligeramente entre especies y suele coincidir con las estaciones lluviosas. Una vez que encuentran pareja, los pangolines pueden aparearse y, tras un período de gestación de entre 4 y 5 meses, la hembra da a luz a una sola cría. Al nacer, las crías tienen escamas suaves y flexibles, que se endurecen conforme crecen.

La madre cuida de su cría con esmero, llevándola en su cola y protegiéndola con su propio cuerpo en caso de amenaza. Al poco tiempo, la cría aprende a caminar y a desplazarse junto a su madre en busca de alimento, hasta que puede independizarse al alcanzar la madurez, generalmente entre los dos y tres años de edad. Este bajo ritmo reproductivo, sumado a su alta vulnerabilidad ante depredadores humanos, hace que la supervivencia del pangolín esté constantemente en riesgo.

Hábitos y protección natural

El pangolín es principalmente nocturno y posee una extraordinaria habilidad para escarbar y trepar árboles, lo que le permite protegerse de sus depredadores naturales. Cuando se siente amenazado, el pangolín se enrolla en una bola, ocultando su cabeza y partes blandas con sus resistentes escamas. Esta postura defensiva puede ser efectiva contra predadores naturales, pero lamentablemente no ofrece protección frente a los cazadores humanos, quienes pueden capturarlo con facilidad cuando está enrollado.


Las escamas del pangolín en la medicina tradicional

En culturas asiáticas, las escamas del pangolín han sido valoradas durante siglos por sus supuestas propiedades medicinales. En la medicina tradicional vietnamita, por ejemplo, se las considera revitalizantes, se cree que mejoran la circulación sanguínea y favorecen la secreción de leche materna. También se emplean en el tratamiento de dolencias cutáneas y enfermedades como la escrófula y la artritis, e incluso se les atribuyen efectos contra el cáncer. Sin embargo, en realidad, estas escamas no contienen ninguna propiedad curativa, sino que son placas de queratina sin ningún valor medicinal comprobado. Como señala la conservacionista Maria Diekmann, los mismos beneficios se obtendrían “mordiéndose las uñas”.

Esfuerzos de conservación

Actualmente, los pangolines enfrentan una amenaza crítica debido a la caza furtiva y el comercio ilegal, impulsados en gran parte por la demanda de sus escamas. Los ocho tipos de pangolines están en distintas categorías de peligro en la Lista Roja de la UICN. En respuesta, 182 países, a través del Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES), han prohibido el comercio de pangolines y sus productos derivados.

El naturalista Sir David Attenborough ha encabezado una campaña internacional de sensibilización para frenar el tráfico de pangolines y proteger su hábitat natural. A través de documentales y campañas en redes sociales, Attenborough y organizaciones conservacionistas buscan informar a la población sobre la realidad de este animal y desmontar los mitos que rodean sus supuestas propiedades curativas. Se espera que, con estos esfuerzos, el pangolín reciba la protección necesaria para recuperarse y mantenerse como una de las especies más fascinantes y únicas de nuestro planeta.

 

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