Los peces, a menudo subestimados en su capacidad cognitiva, poseen habilidades sorprendentes que desmienten el mito común sobre su mala memoria. La percepción de que tienen una memoria efímera de tan solo segundos ha sido popularizada por personajes como Dory, la famosa pez de las películas Buscando a Nemo y Buscando a Dory. Este personaje sufre de amnesia anterógrada, una condición humana que dificulta retener recuerdos a corto plazo.
Sin embargo, investigaciones científicas demuestran que los peces tienen una memoria más sofisticada de lo que se creía. Estos animales son capaces de recordar durante largos periodos de tiempo las zonas donde han encontrado comida, así como los lugares que representan un peligro. Además, pueden asociar estímulos específicos con experiencias pasadas, lo que les permite responder eficazmente a su entorno.
Orientación y supervivencia
Una de las habilidades más impresionantes de los peces es su capacidad de orientación. Muchas especies, como los salmones, pueden viajar miles de kilómetros y regresar al lugar exacto donde nacieron para reproducirse. Este comportamiento demuestra no solo memoria, sino también un complejo sistema de navegación basado en señales químicas, magnéticas y visuales.
Incluso los peces en ambientes domésticos, como los acuarios, exhiben comportamientos que evidencian su memoria. Por ejemplo, reconocen a las personas que los alimentan y pueden aprender rutinas diarias.
Más allá de los mitos
Desmitificar la supuesta “mala memoria” de los peces nos lleva a apreciar su capacidad de adaptación y su complejidad como seres vivos. Al entender mejor sus habilidades, podemos promover un trato más respetuoso y responsable hacia ellos, tanto en el ámbito de la investigación como en su cuidado como mascotas.
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